Escudo de Torreón

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viernes, diciembre 04, 2015

Las tortillas de harina en Coahuila





Las tortillas de harina siempre han sido asociadas a los espacios norteños de nuestro país, desde Sonora hasta Tamaulipas. Existe la hipótesis de que estas tortillas constituían el pan sin levadura (matza) de la cultura judeo-española desde una época colonial muy temprana, a finales del siglo XVI.

La verdad es que no existen muchos datos históricos ­–testimonios documentales confiables- sobre su origen. Dada la circunstancia, aprovechamos para mostrar la referencia de un manuscrito que nos dice algo sobre las tortillas de harina en Coahuila a principios del siglo XVIII, es decir, un documento fechado en 1734.

Se trata de la declaración judicial de un indio “coahuileño”, Gerónimo Camargo, realizada en Parras el 5 de enero de 1734, en la cual confiesa tener 19 años de edad, ser soltero, originario de la región de Monclova, y que en unión de su banda de “compañeros” han sido incógnitos malhechores y autores de muchas tropelías y asesinatos en contra de indios y españoles por igual.

La confesión menciona que por un día entero y una noche, esta banda de malhechores estuvo celebrando cerca de General Cepeda, Coahuila, cantando y embriagándose. Y que al día siguiente se fueron al “Barrial” de la Paila a reconocer la cuesta de la Boca de los Tres Ríos (al sur de Castaños) y que fueron a salir a Castaños. Y que ahí se toparon con un soldado de Coahuila  (la región norte del actual estado de este nombre)  llamado Miguel Ramón “y que les preguntó que de dónde venían, y le dijeron que iban de Parras, y que a todos los conoció, y les dio tortillas de harina como a horas de almorzar. Y que el dicho soldado se vino para el Saltillo”.


Templo de Santiago Apóstol, en Monclova, Coahuila

Miguel Ramón era criollo, perteneciente a una familia de importantes militares, exploradores, colonizadores y funcionarios de Saltillo, del norte de Coahuila y de Texas. De buena fe compartió las tortillas de harina que llevaba consigo como bastimento de viaje, con los que él consideraba pobladores inofensivos de la región de Monclova. Pero estos malhechores mantenían su verdadera identidad en secreto: pacíficos en pueblos y villas, pero verdaderos lobos al agruparse en los montes. 

De esta distinguida familia coahuilense era Diego Ramón, Teniente de Gobernador de Coahuila, en cuya “Relación de Méritos y Servicios levantada el 12 de octubre de 1703 (Archivo General de Indias; Indiferente, 136, N. 135) menciona que “Es hijo del Sargento Mayor Don Joseph Ramón, quien consta asimismo sirvió a Su Majestad toda su vida en aquellas Provincias en diferentes empleos, habiéndose dedicado también con gran celo a la conversión de los indios infieles, ejecutando diversas salidas a su costa, en que tubo favorabilísimos sucesos”. 

Sobre Miguel Ramón, el de las tortillas de harina, mencionaremos que se casó con Lugarda Cortinas, ambos criollos, el 30 de julio de 1724, en Monclova. Para 1746 Miguel era soldado del Real Presidio (fuerte militar) de Monclova, donde alcanzaría el grado de sargento. Ya viudo, casó en segundo matrimonio con Petra Flores de Ábrego y Cantú, el 7 de enero de 1746. Tuvo por hijos (de ambos matrimonios) a José Eugenio, María Felipa, María Justa y Joaquín. 

Finalmente, esta referencia histórica sobre las tortillas de harina muestra que ya constituían un alimento cotidiano a finales del siglo XVII y principios del XVIII en la región norte de Coahuila, incluso con su nombre ya lexicalizado como “tortillas de harina”, exactamente como las llamamos en la actualidad.


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