Escudo de Torreón

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lunes, mayo 28, 2012

Santos: ¿equipo, o identidad?


















El jueves 24 de mayo, el popular programa de nuestro buen amigo Manuel Serrato, “El Sorbo Kiuu”, en el 91.1 de FM, recibió como invitado al tan querido personaje del futbol lagunero, Héctor “Ruso” Adomaitis. La idea era la de dar un vistazo a la historia del Santos, con una de las personas que más enteradas están. Como sabe la afición, Héctor Adomaitis es asesor técnico del Santos Laguna.

Uno de los datos que surgieron en ese programa, y que no deja de maravillarme, es que fue un equipo tlaxcalteca, el Santa Cruz Tlaxcala, el que se mudó a Torreón en 1983, con el nombre de Santos IMSS Laguna, y que jugó en la Segunda División B. Por ser de Santa Cruz Tlaxcala, es que se les llamó “Santos”, ya que el gentilicio de aquél lugar es “Santos”. Este dato lo he visto en diferentes fuentes. En este hecho, percibo una nueva interacción entre la vieja Tlaxcala y la nueva identidad de la Comarca Lagunera. Nuestros guerreros son guerreros modernos, aunque de simbólica prosapia tlaxcalteca, como lo fueron de sangre nuestros abuelos tlaxcaltecas y mestizos aquí en la Comarca Lagunera desde hace siglos.

Eran los tlaxcaltecas tan aguerridos y temibles en combate, que incluso sus nombres eran, simbólicamente, extremadamente agresivos. Tomemos el caso del Rey Xicothéncatl, señor del Reino Tlaxcalteca de Tizatlán, y del cual descendían los guerreros que vinieron a Saltillo, a Parras y a La Laguna. Su nombre está compuesto de dos palabras nahuas, Xicote (jicote) que designa esa avispa negra, rayada y gruesa, muy agresiva, que con su aguijón causa picaduras terriblemente dolorosas; el sufijo “Téncatl” representaba un grado militar entre los tlaxcaltecas y mexica; “comandante” o “líder”. Así que “Xicothéncatl” significaba algo así como “el comandante que lleva al enjambre de jicotes al combate”. Imagine usted si serían guerreros o no. Por algo, ni los mexica ni el poderoso Moctezuma jamás pudo conquistarlos.  

Pero volviendo al tema de la entrevista, hubo un momento en que Manolo Serrato me llamó a mi oficina en la universidad para realizar un enlace telefónico al programa. Previo saludo con Héctor y con el público radioescucha, Manolo me preguntó sobre lo que pudiera yo decirle del equipo del Santos Laguna como generador de identidad en la Comarca Lagunera. Estábamos al aire. Con la sobriedad que requiere un enlace radiofónico por teléfono, le comenté que es un hecho establecido, y un fenómeno social muy interesante, que el equipo Santos Laguna genera lazos de identidad y sentimientos de pertenencia entre la población comarcana. 

Porque, en La Laguna, el equipo del Santos somos todos. Santos Laguna no es un equipo, sino una familia de la cual todos queremos ser parte. El Santos es el embajador de los laguneros, en México y en el extranjero. Santos es nuestro “alter ego”, nuestro “otro yo”, pues una parte de nuestro corazón y de nuestra personalidad individual y social reside y va con él. Nos proyectamos en él. Somos parte de él. Sus éxitos son nuestros, y por ende, también sus fracasos. En esto estuvo totalmente de acuerdo Héctor Adomaitis, a quien tuve oportunidad de saludar y reiterarle mi admiración por ese medio.

Que el Santos sea un nuevo elemento y referente de identidad lagunera, no es nada raro. Las viejas lagunas que nos daban gentilicio de laguneros, ya no son perceptibles para el local ni para el fuereño. Son historia. En cambio, las nuevas generaciones locales y nacionales,  tienen a la vista un equipo joven, vigoroso, originario y representativo de nuestra Comarca. Un equipo de guerreros que compagina bien con la idea de una ciudad de “grandes esfuerzos”. Un equipo famoso, triunfador y admirado en todo México. Un equipo que nos representa y enorgullece. El Santos somos todos los laguneros.