Escudo de Torreón

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domingo, enero 18, 2009

Asaltante frustrado



Notable el caso de la cajera del banco HSBC (una de las sucursales Torreón) del cual informaron ayer los medios impresos. Se trata de la “señorita Ana”, quien, en horas hábiles, sufrió un intento de asalto a manos de un individuo que decía traer con él una granada de fragmentación, y que amenazó con hacerla estallar si no le pasaba todo el efectivo que tuviera.

La señorita Ana simplemente lo ignoró. El asaltante sacó una granada que traía escondida –si era real o no, lo ignoramos– y amenazó nuevamente. La señorita Ana lo ignoró de nuevo, y se limitó a pedir que pasara a la ventanilla el siguiente usuario. El asaltante, desconcertado ante esa demostración de sangre fría, se alejó, confundido.

Las opiniones en torno a este caso se han dividido. Para algunos torreonenses, Ana es un ejemplo de valor civil. Para otros, es un caso de irresponsabilidad, por “haber arriesgado innecesariamente” su vida y la de los usuarios que esperaban ser atendidos.

La verdad, es que se requiere mucho valor para enfrentar de esa manera una posible amenaza, sobre todo, en el contexto de una ciudad que ha padecido durante el último año y medio, una violencia antes desconocida.

Por otra parte, es verdad que la vida de los usuarios de un banco o de cualquier otra dependencia pública o privada, requiere de todo el respeto del caso. Nadie tiene derecho a arriesgar las vidas de otros, aunque se sienta capaz de arriesgar la suya propia.

A partir de los resultados obtenidos, las decisiones de Ana fueron correctas. Pero el resultado pudo haber sido otro muy diferente, y de fatales consecuencias para terceros.

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