Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

jueves, septiembre 20, 2007

Carranza según Javier Villarreal Lozano




El día de hoy a las 20.00 horas fue presentado el libro “Venustiano Carranza. La experiencia regional” del Lic. Javier Villarreal Lozano, Director del Museo y Centro Cultural "Vito Alessio Robles" de Saltillo, quien vino para acompañarnos y comentar él mismo algunos aspectos de su texto, junto con otros dos historiadores. El salón del ICOCULT Laguna estuvo completamente lleno con las personas que asistieron al evento.

Los comentarios que como presentador hice a la obra de Villarreal Lozano, los transcribo a continuación:

“Entre los propósitos de Villarreal Lozano al escribir este muy interesante ensayo intitulado “Venustiano Carranza, la experiencia regional” nos expone los siguientes:

1.- completar la biografía del Primer Jefe
2.- Investigar sus antecedentes
3.- Reconstruir el entorno social y familiar
4.- Pasar revista a su tránsito por el mundo de la política porfirista, hasta llegar a su actuación al frente del gobierno de Coahuila, ya como prohombre de la revolución triunfante.

El autor nos advierte que el ensayo biográfico concluye donde los demás comienzan, y que, a través de él, busca contestar a la pregunta ¿hasta qué punto las experiencias de Venustiano Carranza en la política doméstica (como alcalde, diputado, senador, gobernador etc. ) fueron un laboratorio en el que preparó el desarrollo de proyectos que habrían de volverse nacionales?

Con una prosa cristalina y una mirada interpretativa, Villarreal Lozano busca iluminarnos todas estas preguntas. Para ello, usa un lenguaje claro, sencillo y fuerte a la vez, nos pone las circunstancias en contexto, con el objeto de puntualizar qué causas desataron ciertas consecuencias y no otras, en la vida y obra de Venustiano Carranza.

Como escritor con muchas tablas, Villarreal Lozano entrelaza su propia narración con la polifonía de los innumerables testigos a los que llama a declarar al estrado de la Historia. Efectivamente, las referencias bibliográficas son abundantes y oportunas, añaden sabor y verosimilitud al relato.

“Venustiano Carranza, la experiencia regional” es un libro que se desarrolla en tres partes o tiempos. En el primero, se manejan los siguientes apartados:

“El Pueblo”, que trata del ámbito físico, histórico y social de Cuatrociénegas y sus pobladores. Así como las especies nativas se adaptaron a las condiciones regionales durante millones de años, de manera similar, los hombres y mujeres de Cuatrociénegas se adaptaron a las condiciones de sequía, de escasez y de frontera, de lucha entre nómadas y sedentarios, y de esta manera se forjó su iniciativa, su tenacidad productiva y su carácter.

Nos comenta el autor que La fecha de fundación de la villa de Cuatrociénegas fue el 24 de mayo de 1800, y que once pobladores fueron admitidos como tales, uno de ellos era Juan José Carranza, a quien hemos podido identificar como Juan Joseff Carranza, casado con María Dolores Ramón el 13 de octubre de 1783.

Villarreal Lozano nos dibuja el boceto de una población que poco a poco surge a la vida en medio de las dificultades de clima y ataques de indios salvajes. Se complementa el relato con las interesantes impresiones de viajeros que conocieron la población en esos penosos días de forja.

En el apartado “Los días de bonanza” no faltan las estadísticas y censos de períodos significativos del siglo XIX, ni las noticias sobre la historia económica de Cuatrociénegas y de Coahuila, particularmente sobre los sectores agropecuario y minero, la riqueza surgida de la plata y del guayule, la inmigración y la innovación.

Como hemos ya mencionado, estos datos no se presentan desmadejados y sin relación, al contrario, el autor construyó un fino tejido hermenéutico que sirve de contexto y explicación para que el lector entienda cómo y de dónde surgen los valores y la mentalidad compartida por los miembros de la familia Carranza.

En el apartado “El viejo Juarista” el autor nos aporta datos biográficos del coronel juarista Jesús Carranza Neira, considerado el patriarca de la familia en el siglo XIX. Hemos comprobado que los datos del autor son exactos, don Jesús era hijo de Rafael Carranza Ramón y de María Ignacia Neira Jiménez, quienes casaron el 20 de marzo de 1809. María Ignacia, su madre, fue bautizada el 1 de junio de 1791, y los abuelos maternos de don Jesús fueron José Mariano de Neira y María Gertrudis Jiménez, quienes casaron en Monclova el 1 de agosto de 1788. Se trataba pues de viejas familias Coahuilenses de la era colonial, habituados a la creatividad en medio de la escasez de recursos, a la vida de choque bélico y cultural. Los Ramón ya habían dado un gobernador a Coahuila a finales del siglo XVII, don Diego Ramón, y fueron de los principales conquistadores de la Provincia de los Texas. De estos linajes nació Jesús Carranza Neira en la villa de Cuatrociénegas el 16 de junio de 1813.

Villarreal Lozano nos explica cómo Jesús Carranza se elevó sobre sus propias limitaciones aprovechando las coyunturas familiares y las oportunidades, y cómo contrajo matrimonio con María de Jesús de la Garza en 1835. Este matrimonio tuvo 15 hijos, de los cuales Venustiano Carranza Garza sería el decimoprimero.

Continúa el narrador pasando revista a los éxitos económicos y políticos del coronel Jesús Carranza, siempre haciendo alarde de capacidad interpretativa al explicar de qué manera las circunstancias externas incidían en la formación de un espíritu de familia, de los valores familiares, republicanos y nacionalistas. Así resulta fácil entender que la familia entera adquirió relevancia política, gracias a que el coronel Carranza jugó bien sus cartas económicas y políticas.

En el apartado “Frontera de Indios” Villarreal Lozano reitera las duras condiciones en las que se forjó a sí mismo el septentrión novohispano, y las características de marginalidad, de iniciativa propia, de sagacidad tenaz y de guerra viva por las cuales se diferenciaban estos lugares y habitantes de los del centro y sur virreinal, incluso bien entrado el siglo XIX.

El apartado “Años de formación” aborda ya de manera directa la juventud de Venustiano Carranza Garza, el cual nació en Cuatrociénegas el 29 de diciembre de 1859. A partir de aquí, el autor, que demuestra un gran conocimiento sobre el tema, y matiza con un estilo ricamente anecdótico, los primeros pasos del futuro presidente: sus primeras letras, su vecindad en Saltillo, el Ateneo y el relativo radicalismo de la institución, sus maestros, sus preferencias. El autor nos hace transitar de los archivos del Ateneo a las letras de Plutarco en su deseo de enriquecer nuestros conocimientos sobre Venustiano y sus propios intereses. Fuentes primarias y secundarias son citadas por igual con el objeto de ir perfilando la naturaleza y el carácter de este hombre tan destacado.

Es de resaltar el vasto conocimiento que sobre historia política posee Villarreal Lozano, del cual echa mano de manera constante para hacer comprensibles hechos y situaciones que no serían del todo accesibles para el lector sin la ayuda de aquél.
Se abordan, asimismo, los años en que Venustiano estuvo en la ciudad de México como estudiante de medicina, y de cómo iba despertando a otros aspectos de la vida, como el del amor. De vuelta a su tierra a causa de una enfermedad ocular, se dedicó mejorar sus tierras. A los 24 años de edad se casó con Virginia Salinas Balmaceda. El matrimonio civil se efectuó el 5 de abril de 1882.

Segunda Parte

En los apartados “Vidaurri, Treviño, Reyes” y “Repercusiones locales” el autor nos permite atisbar las condiciones económicas y principalmente políticas de Coahuila y del Noreste, desde 1857 hasta principios del siglo XX. La anexión de Coahuila a Nuevo León, la caída de los monárquicos Vidaurri y Sánchez Navarro, el caudillismo solapado por los presidentes González y Díaz, los empresarios como Evaristo Madero, y desde luego, los gobernadores que iban y venían de acuerdo con sus relaciones en México.

En “Política, primera llamada” se narra cómo Venustiano Carranza cambia su ocupación de “labrador” a la de Juez y en 1886, de presidente municipal de Cuatrociénegas. De nuevo la estadística y el censo nos pone en contexto para entender qué era gobernar Cuatrociénegas en 1886, qué clase de municipio era aquél, aunque su oficio de alcalde haya durado solamente 130 días. El autor nos introduce en los vericuetos políticos de Coahuila, en el fino análisis de las filias y fobias de la clase política, para cabal entendimiento del significado de las situaciones en las que se ve envuelto Carranza a finales del siglo XIX.

En “Política, segunda llamada” se nos muestra a un Carranza que ocupa de nuevo la alcaldía de Cuatrociénegas en 1894, la construcción de la Escuela Oficial de Niñas, asuntos relacionados con la educación en los que Venustiano tuvo ingerencia, así como los aciertos del alcalde en la economía municipal. De nuevo, el anecdotario nos va ilustrando cómo Carranza se relaciona poco a poco con los miembros del poder político. En 1897 es elegido diputado local por vez primera, y de inmediato se incorpora a diversas comisiones. Esta experiencia le fue muy útil para entender cómo funcionaba el poder legislativo, cuales eran sus límites y alcances a la vez que atestiguaba cómo el congreso estatal apoyaba la paz y el progreso porfirianos. A la vez, avanzaba en su carrera política: diputado federal suplente, en 1901 senador suplente por Coahuila, en 1903 y en 1908, senador de la República, gobernador interino de Coahuila el 21 de septiembre de 1908.

En “Otra vez frente a Díaz” Villarreal Lozano nos da cuenta de cómo, en 1909, una convención lanzó la candidatura de Carranza a la gubernatura de Coahuila. De manera simultánea, desde la capital nacional, los enemigos de Bernardo Reyes querían anularlo políticamente, originando una guerra de chistes políticos, rumores y libelos. Triunfaron los antireyistas, y le pidieron a Carranza —gente de Reyes— que renunciara a su postulación, a lo cual se negó. Prefirió seguir adelante hasta ser derrotado.

“Revancha científica” Aquí se nos narra cómo una vez perdida la elección, el nuevo gobernador inició una cacería de brujas, abriendo juicio político contra su antecesor. Hubiese acabado con los reyistas si hubiese podido, pero el año de 1910 cambió el curso de los acontecimientos. Los mejores momentos de Carranza estaban por llegar. Nos comenta el autor que de los líderes revolucionarios, Carranza era el que tenía experiencia política y por lo tanto, el que estaba mejor enseñado sobre las mutaciones de la naturaleza humana y de las veleidades relacionadas con el arte de gobernar.

“Paz entre comillas” es un apartado en el que el autor se dedica repasar las inquietudes económico-sociales de los diversos sectores productivos del Estado de Coahuila a finales del Porfiriato, entre ellas la problemática del agua en la Comarca Lagunera como elemento escaso y como factor de creación de riqueza. También se analiza la penetración de ideas inquietantes, como el floresmagonismo.

En “La primera piedra” se nos ilustra sobre el desarrollo de la revolución maderista 1910-1911, en diversos lugares del norte, particularmente en Coahuila. Son mencionados los incidentes del 20 de noviembre de 1910 en Torreón y Gómez Palacio, así como la entrada del ejército maderista a Torreón en mayo de 1911, los desafortunados eventos genocidas en contra de los chinos, la firma de los Tratados de Ciudad Juárez, con los cuales se puso fin a la confrontación armada, y desde luego, el retorno de Venustiano Carranza a Coahuila como gobernador interino.

“Gobernador Maderista” es un apartado que da cuenta de cómo Carranza, tras dos meses de interinato, renunció para postularse como candidato a la gubernatura constitucional de Coahuila. Se narra la consiguiente campaña como candidato, y el contenido de su “Manifiesto”, el cual abarcaba lo hecho y el programa de lo que habría que hacer en el Estado de Coahuila, que en su percepción, resultaba necesario: reformas sociales, políticas y económicas. Se trata, como dice el autor, del “esbozo del pensamiento político” de Venustiano Carranza. Las elecciones se celebraron el 17 de septiembre de 1911, y el candidato de Cuatrociénegas obtuvo un triunfo aplastante e incuestionable.

En “El Hombre” se muestra a Carranza de cuerpo entero, desde su constitución y apariencia física, sus características morales, como la dignidad y el respeto, y desde luego, cómo era percibido por diferentes testigos coetáneos.

En “Gobernador Constitucional”, se describen los logros que Venustiano Carranza obtuvo durante su gobierno de Coahuila, tanto en el aspecto político, al rodearse de los hombres correctos, como el éxito logrado en el fomento de la industria, el comercio, las vías de comunicación, la modernización fiscal, la educación, etc. Y en este último rubro, se le acredita por la importante decisión de crear el internado de la Normal, lo cual permitió cursar sus estudios a innumerables maestras de Coahuila hasta la fecha.

En “Huelgas y leyes” se trata de los abusos contra los trabajadores y las demandas de los obreros coahuilenses. Nos cuenta Villarreal Lozano cómo se abordaron estos problemas, y cómo el gobernador de Coahuila atendió a estas demandas por medio de leyes de protección al obrero. No obstante, no faltaron actos de excesiva fuerza gubernamental cuando se creyó necesario.

En “Un epílogo esperado” la temática abordada es la de las relaciones entre los Madero y el gobernador Carranza. Poco a poco se va apagando la estrella de Madero, mientras la de Carranza resplandece y asciende, debido a su experiencia, pragmatismo y olfato políticos. Tras el magnicidio perpetrado contra Madero, viene el desconocimiento de Huerta de parte del Congreso del Estado de Coahuila, el 19 de febrero de 1913.

El apartado final, “Carranza, el Reformador”, puntualiza este aspecto del gobernador y luego presidente de la República. Muestra el espíritu de las reformas que hizo a la constitución política del Estado de Coahuila en 13 de febrero de 1913, donde queda plasmado su pensamiento y delineado su característico sentido modernizador de la política local y posteriormente de la nacional, al convocar al Congreso Constituyente de los Estados Unidos Mexicanos, el cual fructificaría el 5 de febrero de 1917.

Un nutrido anexo fotográfico nos permite conocer escenas inéditas o poco vistas, de tal manera que podamos visualizar, no solamente imaginar, a los personajes.

Visto lo anterior, a este presentador solamente le queda constatar que los propósitos enunciados por el autor del libro han quedado más que cumplidos con la mayor solvencia histórica y literaria. Este es un libro de colección que todo mundo debe tener, sobre todo porque, como le interesaba a su autor, muestra a Venustiano Carranza en el contexto regional, algo que sus anteriores biógrafos habían pasado por alto.

Mis más sinceras felicitaciones para el Lic. Javier Villarreal Lozano. Enhorabuena”...

No hay comentarios.: