Escudo de Torreón

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lunes, diciembre 04, 2006

Felipe Calderón jura su cargo presidencial

Tanto Vicente Fox como Felipe Calderón han dado muestras de sensibilidad y prudencia políticas al transmitir por televisión, desde Los Pinos y en cadena nacional, la ceremonia de sucesión del cargo presidencial. Efectivamente, en un acto sin precedentes que comenzó a las 11.45 de la noche del 30 de noviembre, Vicente Fox entregó la banda presidencial a un cadete del Colegio Militar, en presencia de Felipe Calderón. A las 12 de la noche, Calderón aceptó el cargo de nuevo presidente de La República.

Fue este un acto protocolario, sencillo, celebrado en la residencia presidencial en presencia de algunos invitados y funcionarios de los gabinetes saliente y entrante.

Esta sensibilidad y prudencia se hicieron mucho más patentes el 1 de diciembre en la sede del Congreso de la Unión. Los diputados perredistas continuaban bloqueando los accesos con la intención de no permitir el ingreso de los presidentes saliente y entrante, con el fin de restarle legitimidad a la transmisión de poderes.
Por momentos hubo verdaderas batallas campales entre los diputados, y esto en las narices de las delegaciones extranjeras invitadas. Este bochornoso espectáculo fue contemplado, entre otros, por SAR el Príncipe de Asturias, y por el ex presidente de los Estados Unidos, George H. W. Bush. Se nota que a muchos mexicanos les sobra amor propio y les falta orgullo nacional.

Poco después de las 9.30 am del 1 de diciembre, aparecieron en la tribuna el ex presidente Fox y el nuevo presidente Calderón. El arribo fue tan sorpresivo como inseperado, y la sorpresa provocó silencio en muchos de los que estaban más que decididos a provocar algarabía tal que imposibilitara la toma de posesión.

Felipe Calderón pronunció las palabras de rigor con fuerza, claridad y rapidez. Jorge Zermeño Infante le entregó a éste la banda presidencial, y Calderón mismo se la colocó.
Y así como llegaron, entre gritos, así se fueron los protagonistas de la ceremonia de transmisión de poderes.

El día siguiente, 2 de diciembre, el ex candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador vino a Torreón a iniciar su tournée como “presidente legítimo”. La verdad, su estancia en La Laguna constituyó algo así como un balde de agua fría, ya que no reunió ni a mil personas, cuando como candidato lograba juntar hasta 40,000 aquí mismo.

Una inserción pagada en uno de los diarios locales de mayor circulación le indicaba con toda claridad (y honestidad) que no era bienvenido en La Laguna.

Y consideramos que este es un sentir generalizado en La Comarca. Iguales descalabros está sufriendo en otras regiones del norte del país.

AMLO no puede contar con un mensaje más claro. Sus días como aspirante al poder ya pasaron a la historia. El norte no está interesado en la desobediencia civil. El norte desea seguir por la senda del progreso. AMLO debe encontrar un nuevo rol que le permita luchar institucionalmente contra la pobreza y la injusticia, pero no contra la Nación. Y por lo que se puede apreciar, es mejor que lo haga desde el Distrito Federal.

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